La semana pasada os hablaba de la importancia de elegir los productos más adecuados para nuestros hijos en este post.

La trona es uno de los más difíciles de elegir y le daremos uso durante bastante tiempo, por lo que es importante pensar bien antes de comprarla. 

Para elegir la más adecuada deberemos tener en cuenta diversos factores:

• Espacio. Dependerá de si nuestro comedor o cocina es amplio o no para decidir entre una trona fija o plegable. Existen tronas que ocupan tan poco que se pueden guardar plegadas detrás de la puerta. También tendremos que tener en cuenta que necesitaremos una trona portátil para cuando vayamos a comer fuera de casa.
• Material. De plástico, de madera o mixta (plástico y metal). El material  influirá en el peso de la trona, su facilidad a la hora de limpiarla y en su diseño.
• Comodidad. Es importante que las tronas sean regulables en altura y que se pueda reclinar el respaldo. Un asiento acolchado es un punto fuerte, sobre todo cuando son más pequeños. Los bebés van a pasar bastante tiempo sentados en ellas y la comodidad es fundamental.
• Adaptabilidad. Algunas tronas incluyen reductores para que los bebés puedan usarlas desde bien pequeñitos. También podemos encontrar tronas que se transforman cuando el niño crece en sillas o en conjuntos de mesa y silla para poner en su habitación. Es importante tener en cuenta este factor evolutivo a la hora de elegir nuestra trona.
• Dinero. Como siempre, es uno de los factores más importantes. Podemos encontrar tronas desde 40€ hasta 480€. Buscar un punto medio y ajustarnos a nuestras necesidades, son la clave a la hora de terminar de decidirnos por una.

En nuestro caso, el espacio y el dinero fueron los puntos decisivos: estamos a caballo entre 2 pisos todo el año, por lo que todo lo tenemos doble y los comedores no son especialmente grandes.

Estas son las tronas que hemos usado con Silvia:

Trona Pocket Lunch – Chicco (sand) (69€)

Fue la primera que usamos, cuando Silvia a penas tenía 6 meses. Su sistema de plegado fue decisivo a la hora de comprarla. Pesa solo 5,3 kgs y ocupa muy poco espacio plegada. Tiene el asiento acolchado (facilísimo de limpiar) y el respaldo que se reclina en 3 posiciones. Incluye una bandeja ajustable grande y una amplia cesta debajo. Podéis ver cómo quedaba en nuestro comedor pinchando aquí.

Trona portátil – Tuc Tuc (Berries) (53€)
Fue regalo de unas amigas y es una de las cosas más prácticas que nos han regalado para Silvia. Es una bolsa-trona-elevadora ideal para comer fuera de casa. Ya os la recomendé en mis Mis 10 imprescindibles para el bebé. Su tejido plastificado y acolchado es facilísimo de limpiar. Se puede acoplar a cualquier silla y tiene arnés de seguridad.  Dispone de 1 compartimento interior en el que se puede guardar la comida o los utensilios del bebé y 2 bolsillos en los laterales, en los que se puede guardar el biberón o una botella de agua.

La hemos usado mucho para ir a comer fuera y, actualmente, la usamos de alzador en casa, ahorrando así espacio.

Trona Antilop – Ikea (12,99€)

Con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que era más cómodo para nosotros que Silvia tuviera su trona fija en la mesa del comedor. Comía lo mismo que nosotros y a la misma hora, por lo que no nos resultaba práctico abrir y cerrar una trona. En el apartamento decidimos cambiar la trona Chicco por esta trona de Ikea. Ocupa muy poco espacio y es facilísima de limpiar (es de plástico).

Incluye cinturón de seguridad y se puede completar con una bandeja (5€). En caso de que el bebé sea muy pequeño, existe un cojín reductor.

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Espero que os haya servido de ayuda nuestra experiencia con las tronas.

¿Cuáles habéis usado vosotras?