El sábado salimos a cenar. En la mesa de al lado, un niño de menos de 2 años se sentaba en una trona de Ikea junto a sus padres. Al minuto, su padre ya le había colocado estratégicamente el móvil en horizontal y le había puesto canciones de Youtube a su hijo.

Claro, no vaya a ser que al niño se le ocurra hablar con sus padres, curiosear el local o interactuar con el de la mesa de al lado. O, peor, no vaya a ser que su hijo… ¡se aburra!

Esta anécdota no es un hecho aislado. A diario veo niños pequeños (de compras, comiendo o en el bus) absortos con el móvil o la tablet. En un intento de sus padres porque sus hijos «no molesten».

Ésta dependencia al móvil o a la tablet (y esto no es ningún dato científico, si no mi opinión como maestra y madre) está creando niños impacientes, niños que en clase no saber esperar 2 minutos sin un estímulo, niños con falta de atención. En definitiva, niños que no saben aburrirse, sin un control de la frustración y con necesidad de que todo sea ahora.

Podéis pensar que no pasa nada por ver vídeos en el móvil mientras esperáis en la sala del médico; o que es inofensivo comer con los dibujos puestos; o, incluso, que está genial que se quede dormido viendo una película.

Claro, que no pasa nada. No pasa nada, cuando es en su justa medida, como todo. Es necesario darse cuenta de que hay mil opciones para «entretener» a nuestros hijos.

Por ejemplo: Si vais a hacer un viaje largo en coche, es normal que una de las opciones sea una película, pero… ¿y contar coches rojos?, ¿y jugar a las adivinanzas?

Despertemos su imaginación, ayudémosles a descubrir el mundo que está a su alrededor. Despertad su curiosidad y su necesidad de expresarse.

El problema, en muchos casos, es la falta de tiempo o energía, lo comprendo. Es mucho menos cansado darle la tablet a un niño que esforzarse para que no se aburra en el trayecto en bus de vuelta a casa.

Según Álvaro Bilbao, autor del libro El cerebro del niño explicado a los padres (Plataforma Editorial)

Los padres que suelen dejar a sus hijos mucho tiempo con el móvil suele ser por una de estas tres razones:

1. Creen equivocadamente que ayuda al desarrollo intelectual de sus hijos
2. Sienten que el niño no es capaz de entretenerse por sí solo y le ofrecen el dispositivo para entretenerle
3. Les cuesta poner límites con amor y confianza

Os recomiendo su blog, porque tiene artículos muy interesantes , como por ejemplo Tus hijos no son nativos digitales o 10 claves sencillas para desenganchar a un niño pequeño del móvil o tablet.

Yo no tengo tablet, Silvia nunca coge mi móvil y, en los casi 4 años que tiene, creo que solo le he puesto dibujos en el móvil estando fuera de casa, 3 veces. Y fueron casos de emergencia, en los que creía que no tenía otra opción (aunque seguro que la había).

Con este post, quería hacer una reflexión, en ningún caso una crítica, sobre nuestras costumbres y cómo afecta el uso que hacemos de las nuevas tecnologías a su cerebro.

¿Vosotros qué opináis? ¿Utilizáis el móvil para entretener a vuestros hijos? ¿Dejáis que vean la televisión mientras comen?